MEMORIAS



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05-10-2016

Árbol Genealógico de los Alvarez - Fernández


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05-10-2016

Árbol Genealógico de los Ropero - Gómez

Timeline evolución miembros de la Familia Alvarez Ropero





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07-10-2016

El Barrio de Ponte Pelamios de Ourense entre 1950 y 1960

Como estamos en la Página de MIS MEMORIAS, resulta que estaba yo pensando en el barrio donde nací y donde pasé mi infancia y pensando también en sus gentes, en sus casas, en sus caminos y en el río... pues resulta digo, que de tanto pensar me salió lo que publico más abajo para el caso de que alguien quisiera echarle un vistazo.

El Barrio de Ponte Pelamios de Ourense entre1950 y 1960 y su evolución posterior hasta nuestros días.                             


08-10-2016

Timeline de mis Apuntes Autobiográficos

08-10-2016


Timeline de Los Coches del Abuelo

Timeline de mi Servicio Militar en la Marina Española entre los años 1964 - 1965

En aquellos tiempos en los que el servicio militar era obligatorio, a mi me tocó servir en la Marina de Guerra Española y dentro de ella en los siguiente destinos: 
Cuartel de Instrucción de Marinería del Ferrol del Caudillo
Escuela de Suboficiales de San Fernando (Cádiz)
Cuartel de Instrucción de Marinería de San Fernando (Cádiz)
Arsenal de La Carraca, San Fernando (Cádiz)
Minador Marte

En el siguiente Timeline se muestran los detalles y las fotos que conservo.

En la fecha anterior ya lo publiqué en este espacio y hoy, en Agosto de 2022, lo cambio por este algo mejorado, y sobre todo resumido.


Parte 1

Parte 2

Parte 3

Parte 4




Miniatura del Timeline completo. Para verlo entero hacer Clik en el enlace más abajo









Video sobre
La Mili en la Marina de Guerra Española 1964-65
Minador Marte
realizado y subido a Youtube en 2022





Videoclip realizado y subido a internet en 2021.
 57 años después de aquel "mitico" viaje a Nueva York





Y abundando más en el tema dejo más abajo el enlace de este álbum, a modo de librito de volteo, sobre este tema



Enlace al Flipbook 






 

Agosto 2022




18-05-2017

Mis Fuentes Ornamentales



Un lector de mi blog "Excel para todo", me avisó por e-mail de que unos enlaces estaban rotos, pues él quería bajarse unos archivos sobre el manejo del puerto paralelo con Excel y no podía. Otro lector de mi blog "Artificios Hidráulicos", estudiante de arquitectura, me comentó que estaba haciendo un trabajo sobre Juanelo Turriano y su Artificio y  me dijo que le gustaban las variantes que yo mostraba en el blog. Me comunicó que él también tenía alguna idea que quería llevar a cabo de manera virtual y que si le podía decir cual era la aplicación que usaba yo para hacer mis animaciones.


Claro que se lo dije, porque además es muy gratificante que alguien piense que haces cosas que son de su agrado. Al igual que el otro visitante, me avisó de que había algunos enlaces rotos y que algunas imágenes no se veían.



Pues bien, parece ser que los blogs, como todo en la vida, requieren de una cierta atención y mantenimiento, sino corres el riesgo de enojar a quien pierda parte de su tiempo visitando tus páginas.



Así que me puse manos a la obra, depuré todo lo que pude y todavía me quedan algunos flecos por atar, porque el falló fue de uno de los sitios donde estaban alojados los archivos y ahora estoy pasando todo a Blogger directamente, para ver si así no vuelve a suceder.



El caso es que a raíz de esto, al final me lié añadiendo una nueva página al blog con el título  de "Clepsidras y Relojes de Agua".



Bueno pues cuando dí esa nueva página por terminada en el blog que cité más arriba, me surgió la pregunta de porque me gustaba a mí tanto esto de los artificios de agua y desde donde y desde cuando me venía la afición y el interés por el tema. Tirando del hilo y hurgando en la memoria, una cosa lleva a otra y esto solamente tiene respuesta completa y clara haciendo una nueva entrada aquí, en la página de Mis Memorias, valga la redundancia. Así que, sin más rodeos ni preámbulos, paso a relatar de cuando me viene el interés por los asuntos del agua.



Me vienen del año 1.966-67, o sea de hace 50 años. ¿Y de donde? Pues de Alemania.



Resulta que llegados a ese país mi mujer y yo, jóvenes y recién casados los dos, entre otros trabajos teníamos que adornar nuestro recién estrenado hogar. Yo veía que los alemanes eran muy dados a las plantas de interior en sus casas, que muchos de ellos complementaban con fuentes de agua de adorno ornamental, "Zimmer Sprüngbrunnen", como les llamaban ellos y disponían de modelos para dar y tomar, como muestro a continuación:



A mí se me ponían los dientes largos con los modelos anteriores, pero como no eran precisamente baratos, me tuve que conformar con un modelo más modesto, el último de la lista siguiente, más asequible para nuestra joven economía.

Pedimos esta fuente, la primera de una serie de cinco y la única comprada, pues las otras las haría yo mismo, a Otto Versand de Hamburgo. Se estilaba mucho allí la compra a distancia por catálogo y cuando llegó el paquete, yo, que ya era un manitas entonces y muy de "Hágalo usted mismo", muy de bricolage, como se dice ahora, ya le tenía preparado un sitio de honor en toda regla, un macetero hecho por mí mismo para que luciese mi ansiada fuente lo que ella se merecía y yo pretendía.

Así era el macetero

y así quedaba la Fuente Luminosa subida en el mismo

y así quedaba con las plantas de complemento, que no tenían que ser así exactamente, pero más o menos, porque no tengo ninguna foto del bonito rincón y esta representación es fruto de la memoria. La fuente sí es exacta porque la encontré en Internet. El macetero es calcado, pues al haberlo hecho uno mismo, es fácil de recordar. Sigamos.

Para el verano de 1967, esperábamos nuestro primer hijo, ya teníamos el nombre, se llamaría como los abuelos y como yo, o sea, Guillermo Antonio, nombre que en alemán se quedaría en Willi. Teníamos el nombre, la cuna, el cochecito... Todo eso cosa más bien de mujeres, "en aquellos años". Pero faltaba algo de hombres y a mí, que era muy ocurrente, no se me ocurrió otra cosa más que hacer una fuente yo mismo para afuera, para ponerla en una esquina del césped que teníamos en la entrada.
La que precede es la tal fuente, como la recuerdo, y he de decir que compré el motorcito y la bomba en un comercio especializado y que funcionaba con Batería.

No recuerdo muy bien, que pasó con la primera fuente de plástico: si se estropeó, se rompió en el traslado a la casa nueva o si es que salpicaba más de la cuenta. El caso es que al año siguiente, o al otro, me vi haciendo esta fuente de cobre en miniatura para el macetero. La tercera de mi pequeña colección y la que el otro día, al andar yo a vueltas con la página de las clepsidras me hizo pensar de donde venía mi afición. En realidad esta es una clepsidra, porque es susceptible de medir el tiempo. Entonces yo no lo sabía y en realidad la hice con otra finalidad, simplemente la de adornar, pero dado que el agua bajaba del recipiente superior, por un tubo delgado que le había escondido detrás del hierro del macetero, a la fuente y de esta desaguaba al depósito inferior de igual manera y dado también a que el orificio de salida era minúsculo, poco más que el diámetro de un alfiler, podría deducirse fácilmente que servía también como reloj para medir el tiempo, pues tardaba muchísimo en vaciarse el recipiente de arriba. Clepsidra era, vive Dios, pero yo lo único que quería era tener una fuente diferente, y que no necesitase energía. Llamaba poco la atención por lo pequeñita que era.

Quizás por eso, por lo pequeñita que era la anterior y por lo poco que llamaba la atención, me líe la manta a la cabeza y me puse a hacer la que entonces pensaba que sería la definitiva, la que se ve sobre estas lineas y debajo de ellas en vídeo. Por aquel entonces compramos una cámara de cine "Super-8", para poder inmortalizar a los niños que eran
pequeños y gracias a ello inmortalicé también la fuente. Esta vez fue también luminosa y con juegos de agua y luz.

La hice de cobre y mosaicos de cerámica, y para las tripas usé material de desecho de lavadoras: motor de desagüe y bomba. Le hice un distribuidor para los cambios de agua, para los cambios de luz utilicé un programador, también de lavadora, pero lo mejor era el sistema de las luces miniatura sumergidas que inventé, que era totalmente estanco y del que todavía hoy me siento orgulloso.
Pero cometí un grave error con esta cuarta fuente, porque aunque la parte superior y la boquillas los hice de cobre, el recipiente para contener el agua, en el que pegué con masa de cemento los pequeños mosaicos, lo hice de chapa de hierro, y ese fue el fallo. La humedad se filtraba a través de los poros del cemento y la corrosión hizo rápidamente su trabajo, provocando que perdiese agua y consiguiendo que yo empezase a pensar en solucionar el asunto mediante el diseño y la construcción de nuevo modelo todo de cobre. Ya decía yo más arriba que había pensado que sería la fuente definitiva, pero no fue así.
La que os muestro ahora si lo fue. Con 5 basta.

Todo en cobre, soporte también de cobre y de cristal, con luz indirecta que iluminaba el suelo, diseño emulando a Egipto y sus monumentos, con surtidores en dos alturas diferentes. Maceteros para plantas también en cobre y figuras de estaño. Esto en cuanto a diseño.
De la parte técnica tengo que decir que aproveché lo que pude del modelo anterior, hice un distribuidor rotativo nuevo para los cambios de agua en materiales poco corrosivos y llegué a utilizar los engranajes de una batidora para reducir la velocidad del programador. Curiosamente de esta fuente solamente tengo una foto y los fotogramas anteriores de escasa calidad extraídos de una película super-8 en la que se ve, pero estando apagada. 


Por eso sobre la foto que muestro añadí de forma virtual una animación aproximada de como eran los cambios de agua y de luz que mostraba. Recuerdo que eran 16 cambios los que
tenía  programados y aún me quedó algo en el tintero, pues también había 2 surtidores de cada lado que echaban agua del piso superior a inferior.
Total, que el resultado no fue muy malo, porque hasta pensé en poner un taller artesanal para fabricar fuentes para casa y jardín cuando regresásemos a España, en vez de un taller de chapistería y para el caso de que los chavales no sirvieran para estudiar.
Esta fuente estuvo dividiendo el comedor del salón, mientras
vivimos en Alemania. A nuestro regreso en 1978 formó parte del mobiliario y del ajuar que trajimos y estuvo en la entrada de nuestro piso con el complemento añadido de un espejo con marco de cobre que hice ex-proceso para ella. En el año 1999, cuando nos mudamos a nuestra nueva vivienda, la desmonté y desde entonces duerme el sueño de los justos guardada en unas cajas en el trastero.

¡Vaya! Después del trabajo que me dio buscar y montar todo lo precedente referente a esta última fuente, ahora mismo me vino a la memoria donde podían estar un par de fotos de ella y del espejo. Busqué en esas carpetas y efectivamente, allí estaban, dos de Orense y dos de Alemania.
Bueno pues las añado y listo, lo anterior no lo muevo.


 En su ubicación de Alemania, desde el comedor
 y desde el salón
Y ya en Ourense desde 1978 hasta 1999, en que se jubiló. El espejo todavía sigue activo y en esta ubicación se ve como se apoya sobre una base que le pinté al oleo con motivos egipcios, porque los cristales sobre los que se apoyaba antes los dejé en Alemania porque pesaban mucho.

Y aquí se acaba la historia de mis fuentes ornamentales, que me vino a la memoria para explicar el porque me gusta tanto el agua en movimiento.

No antes sin comentar, que en otro de mis hobbys que tuve, pues suelo ir abandonando unos cuando cojo otros, para no tener tantos, también empleé el agua para ciertas cosas.
El hobby eran las maquetas ferroviarias y hablaré aquí algo de él en cuanto reúna algún material.
Gracias por la atención prestada.





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25-05-2017

Mis Maquetas Ferroviarias



Pues aquí estoy de nuevo, después de darle unas cuantas vueltas a los recuerdos y después de reunir el material suficiente, como había dicho en la entrada anterior.

Este hobby que ocupo una buena parte de mi tiempo de ocio en una época de mi vida, me vino de lo que me gustaron siempre los artilugios con algo de técnica en las tripas, y seguramente también del hambre que pasé en mi infancia por un tren, aunque fuese solamente por uno de cuerda como el que muestro a continuación.
Sin embargo, viéndolo ahora en esa caja, no creo que fuese mucho más caro que otros juguetes que me regalaron por Reyes, pero el caso es que nunca se me ocurrió pedirlo. Seguro que pensaba que era regalo de niños ricos. Eso es lo que se me ocurre a estas alturas.

O sea, que tren Payá no lo tuve, cuando era niño...


Pero el tren "Paquí", si lo tuve cuando era niño mi primer hijo.
Efectivamente, cuando Willi tenía 4 años y ya había nacido también mi segundo hijo Jampi, aprovechando la posibilidad que me brindaban las navidades, dejé debajo del Árbol un paquete que contenía una caja como la que se ve sobre estas líneas, que en principio tenía que ser para Willi y para su recién llegado hermano, pero que en realidad, de forma encubierta era para mí. Mi mujer siempre lo dice, que me pasé la vida jugando. Menos mal que también tengo oído que los psicólogos dicen que eso es bueno.
Corría el año 1971, por lo que empecé con este tema hace tan soló 46 años. En mi descargo he de decir que lo dejé en 1981 y solamente lo volví a tocar puntualmente en 1999, para desmantelar la última maqueta y para guardar todo el material utilizable en el futuro en unas cuantas cajas, que duermen el sueño de los justos en el trastero de nuestra nueva vivienda.

Primero fue solamente un círculo por el que circulaba la locomotora de carbón tirando de 3 vagones.
Más adelante, en un trastero lateral de nuestra vivienda que en parte era buhardilla, monte mi primera maqueta en un tablero por módulos y en el suelo. 
Poco faltó para que quedase tullido en el intento, porque la mayor parte del tiempo tenía que trabajar agachado o de rodillas, para no pegar con la cabeza en la caída del techo.
Pero me salí con la mía y la terminé para que los niños,  mi mujer y los invitados a los que se la enseñaba la pudieran ver desde la puerta, ya que dentro no había sido.

Luego nos cambiamos para el piso que ocupamos hasta nuestro regreso a España, que era una maravilla y también era singular el trastero que teníamos en el sótano, un cuarto de 20 metros cuadrados que daban gloria, sobre todo para mis maquetas del tren.

Esta maqueta que se ve debajo ya es la segunda en versión mejorada, debido a que un compañero de trabajo me vendió casi todas las casas que se ven en ella, ya montadas y todo e incluida la estación y un hangar y tuve que cambiar el diseño para hacerles sitio. De aquellas se hacían pocas fotos, pero gracias a esta quedaron inmortalizados, Willi y esta maqueta.

Lo que hacía yo más por aquellos años eran películas de Super 8, en vez de fotos,  y gracias también a esto tengo la posibilidad de mostrar esta maqueta.


Fijándose un poco, se pueden ver al fondo unos montes bastante altos que anteriormente, antes de la última reforma daban soporte a un río que discurría hasta un lago y luego desaguaba por un río hasta un depósito bajo el tablero. Todo esto con agua de verdad y sin bombas ni motores, pues funcionaba por gravedad, desde un depósito superior a uno inferior.
Esto es lo que quería comentar al hilo de lo que decía en la entrada anterior sobre mi afición a las fuentes y artificios hidráulicos. Aquí también hice algo de eso, pues también había una fuente y el río discurría por el medio del tablero, pero abandoné totalmente la idea porque cualquier fuga de agua me echaba a perder un montón de cosas, así que al final me quedé únicamente con el molino que se ve al principio de la película, en cuanto al uso de agua de verdad se refiere. Se pueden simular muy bien lagos y ríos sin necesidad de usarla.

Bien, pues sigamos aprovechando otras navidades y vamos a por la tercera maqueta.
Tengo que diseñar todo de nuevo porque ahora ya no son 2 locomotoras, una de carbón y otra eléctrica, ahora ya vamos por cuatro. "Tenemos" también, aparte de las ya citadas otra más de carbón, más grande y con tándem y otra diesel y también tenemos unos cuantos vagones para formar los diferentes convoy's.
La maqueta creció, la forma un nuevo tablero, el más grande de los que hay, 2,44 por 1,22 metros, o sea 2,98 metros cuadrados, que no dan para mucho pero para más de lo que daban antes.
Cambio el diseño de los montes, para que acojan río y lagos
artificiales, pero sobre todo para que acojan la telesilla que viene desde abajo a un pico y al teleférico que va de este pico a la otra cumbre.
Tanto las telesillas como las cabinas del teleférico las hice a mano, con chapa de latas de nivea. En este hobby hay que hacer muchas cosas a mano para que no sea tan oneroso, hay que ser creativo y emplearse a fondo.
Yo llegué a hacer muchos mecanismos con materiales de desecho de coches e hice muchos dispositivos eléctricos, principalmente relés, porque hacían falta muchos si se quería que todo funcionase de forma automática. En aquellos tiempos, claro. Hoy sería todo muy distinto con el rollo digital.
Ya iba llegando al final, todo reinstalado. Trazadas las nuevas vías y carreteras y distribuidos los solares para las casas y... ¡Maldición! mira lo que veo un día. Veo nada más ni nada menos en una revista de la casa Faller unas fotos de una maqueta que incorporaba coches eléctricos en miniatura
a una maqueta con trenes eléctricos. Eramos pocos y parió la abuela, o la marrana o como se diga y según para qué.

Mirar las cuatro imágenes que siguen. ¿No tienen gancho?





¡Vaya si lo tienen! Coches que andan y paran en los semáforos cuando están en rojo y arrancan al ponerse estos en verde. Ceden el paso al tren en los pasos a nivel con la barrera bajada o en el semáforo de cruz de San Andrés cuando esta encendido...




Empecé a ver una señal, como la precedente que me decía cuando vencía la razón y se ponía en rojo: Déjalo, si ya tienes casi todo terminado y eso sería un gran trabajo y una gran complicación. Empecé a sopesar, sopesar... y era verdad, la razón tenía razón.

Pero luego se ponía la luz en verde y me decía la sinrazón: Venga, adelante. La complicación es un reto y eso es lo bueno. No te achiques, que tú si quieres, puedes.

La señal se atascó y quedó en verde, porque me llené de valor y fui a por todo el material que me hacía falta, previa planificación de todo el petate. 
Aquí muestro el kit de comienzo de la innovación que se podía combinar en maquetas ferroviarias.


No obstante, a mi me hicieron falta muchas más carreteras y coches de los que incluía el kit y por tanto fui por libre en la adquisición del material necesario.
El Cambio de diseño fue brutal, porque además tuve que adaptar lo nuevo a lo que ya tenía. Como ejemplo baste decir que la intersección de un tramo de carretera con un tramo de vía lo había en tramo recto, pero a mi me tocó el paso a nivel en tramos de vía curvos, sin posibilidad de cambios y esto no lo tenía el proveedor y por tanto no se podía comprar, de tal suerte que tuve que solucionar el problema poniéndome manos a la obra para hacerlo yo mismo. Le incrusté dos tramos de vía en curva a un tramo de carretera recto y al final terminé haciendo yo también el dispositivo electromecánico que levantaba y bajaba las barreras (no de golpe, como las comercializadas, sino poco a poco) al tiempo que tocaba la campana de aviso. Todo un logro lo que conseguí, pero la necesidad hace milagros cuando no se puede comprar lo que se quiere.


Como la maqueta que ya tenía casi preparada era la tercera, este nuevo cambio supuso que esta nueva maqueta hiciese el número cuatro y con ella se acabó la cuenta y el hobby. Hasta entonces, sobre todo en el trimestre anterior a las navidades le daba un buen empujón y cuando la tuve ya totalmente terminada, allá por el año 1975-76, ocupó el sitio de honor que le correspondía en el sótano hasta que en el año 1978 hizo un viaje de más de 2.000 kms hasta su nuevo destino en Ourense. Viajó en el camión de la mudanza bien protegida por el armario que le había hecho para poder ser plegada contra la pared. Una vez en España, fue subida con dificultad por el hueco de la escalera hasta la buhardilla que teníamos encima de nuestra nueva vivienda y ocupó también un lugar de honor.
La puse a punto para poder ser mostrada en su nueva ubicación y superó con éxito la prueba el día que hice una demostración a un grupo de amigos, familiares y vecinos. Funcionó todo sin problemas, cosa no tan frecuente en este tipo de vehículos con contactos tan pequeños y delicados que tienen que estar totalmente libres de polvo.
Después de ese día, no tuvo incidencias la maqueta conmigo ni yo las tuve con ella, hasta que en 1.999, con motivo del traslado a nuestro nuevo piso decidí desmantelarla, porque no había sitio para ella.
Con el trabajo que me había dado hacerla y las horas que le había dedicado, ahora, en una mañana, tenía todo bien embalado en cajas de cartón: Casas, carreteras, vías y demás dispositivos y cables se encontraban listos para ser traslados en una nueva mudanza. Desde entonces se encuentran las cajas en el trastero del garaje, bien al fondo y flanqueadas y protegidas por otras cajas que contienen otras cosas y otros cachivaches diversos.

Las 4 locomotoras, coches eléctricos en miniatura y los vagones, no los guardo en el trastero, sino que están aquí en la vivienda encima de un armario, metidos dentro de un maletín apropiado, bien envueltos cada uno en papel y guardados en una bolsa apropiada.

El caso es que no tuve la precaución de hacerle una foto o un vídeo, como a la maqueta 2, y tampoco encuentro los planos de vías y carreteras, ni los esquemas de la instalación eléctrica de los diferentes dispositivos. Así pues, me puse a darle un poco al coco y compuse de memoria, que es de lo que se trata en esta página, la maqueta 4, que aunque no sea exactamente igual, si se asemeja mucho a lo que era la original. No se muestran las casas en sus ubicaciones, ni la demás ornamentación, porque eso era más o menos como se ve en la maqueta 2, eran las mismas casas y la misma estación.
   

Seguidamente se muestra la misma maqueta en vertical, para que se puedan ver los montes con las telesillas y el teleférico, más o menos como eran y un poco en perspectiva


El control de mando, que se extendía por todo lo ancho debajo también del castillo, se podía desmontar fácilmente en su conjunto para acortar el tamaño de la maqueta y así poder plegarla dentro de su armario contra la pared.


La maqueta en sí no era una cosa del otro mundo, sobre todo dentro de los estandares de los maquetistas alemanes de aquellos tiempos. Lo que la hacía algo singular eran las telesillas y el teleférico, hechos a mano, y también el sistema de las carreteras de la casa Faller, incluido y acoplado con las vías férreas del conjunto, que entonces aún no era corriente.
Yo me retiré del hobby sigilosamente para dedicarme a otros intereses. Con todo el material a buen recaudo, ya sabía yo que a ninguno de mis hijos les iba a motivar algún día el hacer algo con él. No se motivaron entonces, menos lo iban a hacer ahora. Los había aburrido, pues en vez de dejarlos jugar a su aire, más bien los había tenido coaccionados con advertencias del tipo "¡No toquéis eso que lo podéis romper!" o esta otra "¡tener cuidado!" y claro, en buena lógica pasaban.
Y en buena lógica también, pensaba últimamente en mi nieto. Podría ser que a él le interesase el asunto. Así que con 4 años le empecé a decir, ahora no que aún eres muy pequeño, pero cuando cumplas 6 años te voy a enseñar el tesoro de trenes del abuelo.
Cuando los cumplió, se los enseñé con cierto ritual. Bajé el maletín, lo abrí y diciéndole que tenían muchos años, procedí a desenvolver uno por uno. Luego mientras él jugaba un poco con los vagones y locomotoras y yo le iba explicando, pedí a su padre que inmortalizará el momento con unas fotos. En ellas se pueden ver a continuación, aparte de a mi nieto Pablo, a los trenes y los coches que viajaban por la maqueta ferroviaria que ocupa nuestra atención. 






Esperaba yo algo de más entusiasmo por su parte, pero no. Jugar aun jugó un poco como ya dije, pero cuando después de un rato le comenté que luego tendríamos que guardar los vagones y las locomotoras, así como también los coches, tal como estaban, bien envueltos en papel, por si un día él quería hacer una maqueta para utilizarlos, todos ellos estuviesen todavía en buen estado como los veía ahora, le entró una prisa tremenda y empezó a traérmelos todos al maletín. Pero de ayudar a empaquetar, nada. Tuve que arreglármelas yo solo. Él seguía teniendo prisa, pero esta vez era prisa para volver a jugar con su consola, a la que había tenido mucho tiempo abandonada.


Es lo que mola ahora, es lo que hay. Pero no nos cause extrañeza, lo nuevo siempre fue distinto. La vida evoluciona
y no retrocede.


En fin, que no tuve éxito al querer asignarle a alguien el material ferroviario del abuelo. Ya veremos al final quien se lo lleva. Yo no, desde luego. Yo me voy con la música a otra parte para no cansar, acompañando al Gordo y al Flaco por la vía que nos lleva.






26-05-2017

Los Inventos Prácticos de TBO





02-06-2017


Carrito convertible en mesa para playa

La necesidad de dar solución a las situaciones que nos causan ciertos problemas, es lo que hace que algunas veces inventemos cosas insólitas, casi como las de Los Inventos Prácticos de TBO.

Eso me sucedió a mí allá por el año 1976 y esto que cuento a continuación es la historia del invento.

Existía en Alemania un "lago" como nosotros le llamábamos, pero que en realidad era un embalse para riego. Era pequeño pero estaba habilitado para el baño y por eso, en el  verano del 71 empezamos a visitarlo después de que nuestro vecino, Herr Fritz, nos dijera que era un lugar muy bonito. Efectivamente, lo era, y según las imágenes de su estado actual que muestro a continuación, lo sigue siendo. Prueba de ello es como evolucionó  su entorno y de como creció el número de usuarios, que por aquellos años no era tan grande, y seguramente también, porque no era tan conocido y porque no ofrecía los servicios con que cuenta hoy en día, ya que ahora cuenta hasta con un hotel.


Vista aérea en la actualidad

Vista actual con poca ocupación

Vista actual con mucha ocupación


Sin embargo había un problema, y este era debido a que no se podía llegar con el coche a pie del césped de la playa fluvial, porque el perímetro estaba cerrado con barreras. Este problema se agravaba porque el aparcamiento quedaba muy lejos y porque el camino asfaltado desde él hasta el lago tenía una ligera pendiente. Dependiendo de donde quisiera sentar uno sus reales, porque siempre hay preferencias para ello, quedaba más o menos lejos. A nosotros nos quedaba nuestro lugar elegido habitualmente, a medio kilómetro aproximadamente.


Ya empezaba yo a estar mas que harto de ver a los bañistas cargados hasta los dientes, como muestro en el siguiente foto montaje, cuando pude observar como algún que otro alemán, pues para eso eran muy prácticos, utilizaba un vehículo de fabricación casera para ayudarse en el acarreo de los utensilios de playa y baño. Los que vi solían utilizar una hamaca a la que le sujetaban, de diversas maneras, unas ruedas pequeñas, de esas que giran en todas direcciones y de este modo conseguían una plataforma rodada sobre la que cargaban todo su equipaje y evitaban así un segundo viaje. 
Eso era lo peor, tener que hacer varios viajes según las cosas que cada uno hubiese traído consigo para disfrutar del día.

Familias acarreando cosas con esfuerzo y paciencia

A nosotros nos pasaba eso, que cada vez traíamos más cosas: Aparte de las cosas habituales y de primera necesidad, traíamos también el bote neumático con la bomba para inflarlo, como se puede ver en la película en formato super-8 del verano de 1975, cuando nos vinieran a visitar mi cuñado Paco, su mujer Linda y sus hijos Jerry y Timmy. Traíamos también la tienda de campaña que se ve en la película de 1976, cuando el abuelo Antonio hizo una gira por Europa para visitar a sus hijos en Bélgica y a sus  hijas en Alemania y a ver a todos sus nietos y que le sirvió para dormir una pequeña siesta, resguardado del sol, en su interior.
O sea, que cada año teníamos que acarrear más y más veces, más y mas cosas, como si fuéramos burros de carga. Así pués, pensé que para dejar de serlo y para salvar mejor los desniveles del terreno que se muestran en la imagen Google Earth mas abajo, me puse a darle al coco y tuve una idea, del estilo de las del Profesor Franz de Copenhague del TBO.

Desnivel del terreno desde el aparcamiento hasta el lago

En resumidas cuentas, después de la visita del abuelo en el 76, me puse a la tarea hacer un "dos en uno", que se podría desmontar y ensamblar con facilidad, para de este modo poder administrar mejor el espacio en el maletero del coche.

Puesto que yo era del gremio de la automoción, no debería de representar una dificultad insalvable el dar forma a mi idea y menos aun llevar a cabo el proyecto de construcción. Como material base para la plataforma de uso ambivalente, utilicé el cabecero y el piecero de la cuna que en la que habían dormido Willi y Jampi de pequeños y que ahora estaba fuera de juego arrinconada en el trastero.
El resultado del ingenio rodado se puede ver en las 3 imágenes de la llegada al parking y del montaje de la primera fase del invento.

Llegada al aparcamiento

Descarga de las piezas sin montar para facilitar el transporte en el coche

Piezas ensambladas formando el Carrito Convertible

Y ahora la imagen reina. Una vez cargado el Carrito, la comitiva se ponía en marcha feliz y contenta de poder hacerlo tan "descargada", pues el singular vehículo, con sus ruedas bastante grandes, no tenía dificultades ni en cuesta arriba para salvar el desnivel. Si acaso, algún voluntario me echaba una mano empujando un pelín en la máxima pendiente, que después de todo no era tan acusada..

Solíamos ir al lago a menudo acompañados de la familia de Lola, la hermana de mi mujer, así que la comitiva ese día estaba formada por: Jampi Alvarez, Carlitos Mojón, Dani Mojón, Willi Alvarez, Angel Mojón, Guillermo Alvarez y Lola y Nena Ropero.

El único que parecía no estar muy de acuerdo con la solución dada al problema del acarreo de mercancía, era mi hijo Willi, ya que por la postura que muestra y el ademán que exhibe, seguro que estaba pensando... Y ahora ¿yo que llevó? Como si para él fuera más divertido cargar con las cosas que dejarlas para el carro. Ese precisamente debió de ser el motivo por el que al final, fue el que más ayudó a empujar cuesta arriba.

Así de descansados y frescos llegamos al lago aquel día, con un solo viaje


Acerco la imagen para que se vea que era verdad lo de descansados y lo de frescos también

Ya en nuestra posición habitual, dejé que me ayudasen a descargar, cosa que  hicimos entre todos en un santiamén.

Y después les pedí que fuesen a dar una vuelta mientras yo hacía una demostración de la conversión del Carrito en Mesa. Lo cual solamente me llevó un par de minutos.

El Carrito Convertible libre de su carga

Dado la vuelta con las ruedas y manillar desmontados

Con las patas atornilladas...


Dado nuevamente la vuelta y...
¡voilà! El carrito se había convertido en mesa, según lo previsto.

Y para poner un punto final más brillante a esa metamorfosis, se le añadía una sombrilla que se acoplaba en el agujero habilitado para tal fin. Entonces era cuando quedaba convertido el Carrito en una "Mesa con Sombrilla". 

Como decían los de los inventos de TBO  ¡Asombroso!

Finalizada la demostración llamé a la pandilla para que vinieran a colocar las cosas y a poner la mesa, mientras Ángel y yo nos tomábamos una cerveza a la sombra.
Bebiendo y mirando las cosas que habíamos traído me dí cuenta de que dejamos en casa el petate con la tienda de campaña y algunas cosas más.
¡Vaya, precisamente hoy que teníamos sitio! ¡Ya me parecían a mí pocas cosas cuando las cargamos!...

Hasta el próximo cuento amigos.

¡Ah! Olvidaba deciros que más de un alemán se quedó boquiabierto y muerto de envidia al ver el "Carrito Estrella" del Emetsklinger Stausee de Zaberfeld.













12-11-2020





ESCANER DE PELÍCULAS SUPER 8 CASERO

Recuperando los recuerdos del pasado atrapados en películas Super 8, de difícil acceso y engorrosa visualización. 

En el año 1971 hice mi primera película Super 8, y la última la rodé en 1984.

Las filmaba con una cámara marca Porst y las visualizaba con un proyector marca Panorama. 

Lo pasábamos muy bien en familia cuando después de unos días desde el envío a la central de Kodak volvían a nuestras manos aquellas pequeñas bobinas de 3 minutos de duración (15 metros de película), ya reveladas y listas para ser proyectadas sobre la pantalla o sobre la pared. También nos gustaba mostrárselas a los allegados y a los amigos, pues era una novedad tecnológica y a todos les gustaba ver que cualquier mortal podía jugar a cineasta.

Sin embargo, hay que reconocer que el asunto era bastante engorroso y daba algo de pereza ponerse a una función de cine así como así, porque además enseguida vino el video a darle la estocada definitiva.

Después de muerto el sistema, con el paso de los años, a veces entraban ganas de echarle un vistazo a aquellos recuerdos que dormían sobre la superficie del celuloide de aquellas pequeñas bobinas, las cuales se habían unido pegando unas con otras hasta alcanzar en algunos casos los 120 metros, pero cuanto más tiempo pasaba y los fallos aumentaban, menos ganas le quedaban a uno de volver a repetir tal experiencia de vez en cuando. Las roturas, atascos y también el molesto ruido del proyector daban mucho para atrás, tanto al operador como a los posibles espectadores, que ya no se entusiasmaban demasiado.

Así, guardadas por el olvido y acompañadas por el transcurrir del tiempo, esas cintas enrolladas en bobinas y depositarias de innumerables recuerdos, llegaron a 2004 al mismo tiempo que lo hacía una cámara de video digital en forma de regalo de los hermanos de mi mujer por su cumpleaños, y que a mí, al verla, me hizo caer en la cuenta de que podía ser utilizada para rescatar las películas Super 8 de aquel formato anticuado y en desuso, a un formato moderno, cómodo, fácil de usar y con la gran ventaja de poder compartirlo con los demás. Tal como lo pensé, así lo hice, y con el valor añadido de que le puse música, y algún que otro efecto, con un  editor de video.

Los años siguieron pasando de forma inexorable y sin apenas sentirlo ni darnos cuenta, ya todos los de entonces peinamos canas en este año 2020 actual, o mejor dicho peinamos ya todos pelo blanco, menos el que no lo tiene claro, en alusión descarada a mi mismo.

Pues bien, mi cuñado Fernando, fallecido hace ya años, tenía también un buen arsenal de películas Super 8 tomadas asimismo en aquellos tiempos y que custodiaba su mujer, mi hermana Lolita. Como quiera que mi hermana vive ya en una Residencia de Mayores y como no tenían hijos, y viendo que nadie se iba a preocupar de recuperar sus películas, con un  porcentaje bastante alto de contenido protagonizado por mis hijos y por mis sobrinos cuando eran niños, decidí coger yo mismo el toro por los cuernos y salir al rescate también de esa segunda tanda de recuerdos del pasado, algunos de los cuales ya tienen medio siglo de antigüedad. Había que aprovechar además, que en estos tiempos de pandemia, era conveniente tener algún quehacer absorbente.

Primero pensé en hacer como en la vez anterior, proyectar contra la pared y grabar. Sería lo más fácil, rápido y cómodo. Pero si ya hace 16 años tuve dificultades con el proyector, ahora era imposible intentarlo Ni el mío ni el de mi cuñado, ni las lámparas ni las transmisiones, todo estaba en mal estado y prácticamente irrecuperable. En consecuencia abandoné esa idea y me puse a rastrear en internet, que hoy en día está llena de cosas muy interesantes e instructivas con las que fomentar la creatividad.

Enseguida observé que hay unos escáneres para películas Super 8 con muy buena pinta. Hay muchos donde elegir. Se ve que la gente está en recuperar sus recuerdos y hacer lo posible para que queden para la posteridad con mayor facilidad de uso y visualizado. Empiezan los precios en 339 euros y de ahí para arriba hay varios donde elegir. Hacen los fotogramas uno a uno automáticamente y después hay que pasarlos por un editor de videos para volver a formar una película.
Estaba ya pensando pedir uno, porque me parecía muy buena idea, pero leí antes los comentarios y muchos decían que si era un juguete, que si la resolución era mala, que si tal, que si cual... Y claro, aunque algunos los alababan, a mi me mosqueaban más las malas críticas. Así que entre eso y entre que vi que había quien se metía a hacerlo con la cámara del móvil, de forma manual pero interesante, me dije... ¡esto también lo hago yo!  Porque además vi que había muchos abuelos jubilados con este mismo empeño y con cada aparato hecho por ellos mismos, que metía miedo, de bien digo y con mucha precisión se podía ver en algunos. Con esos había que quitarse el sombrero, por muchos medios y tiempo que hayan invertido. Yo a tanto no tenía porque aspirar, pensé yo, quizás con unos cuantos recortes y una "cierta imprecisión", sería capaz de salir del paso si acometía la empresa.

Total, que no pedí nada y que me metí a hacerlo yo mismo, y ahora que lo tengo terminado y funcionando y las películas pasadas a fotogramas individuales y posteriormente procesadas con un editor de videos y pasadas a formato digital MP4, paso brevemente a contaros como lo hice y sin ánimo de aburrir a quien siga leyendo.

Primero he de decir que este escáner es un poco de coña, como empecé así como quien no quiere la cosa, como quien dice probando... probando... al final se convirtió en un escáner Frankenstein.

Simplemente haciendo un resumen de las piezas que lo componen, quedará descrito de forma suficiente:

La carcasa la componen las tapas de una caja que servía de almacenamiento  para discketes de PC, una caja para CD's o DVD's y otra para guardar una bobina de película Super 8, todo montado sobre una base de madera aglomerada blanca.

Otro trozo de esa misma madera está montado sobre una caja de coñac, para coger la altura suficiente y servir de soporte a la carcasa, que era la tapa de mi cámara Super 8, y que ahora tiene otra misión: acoger a la cámara que filmará todas las fotos, una a una, y que será la de mi teléfono móvil, un smartphone Huawei Mate 10, el cual será fijado y anclado a esa carcasa mediante una cuña constituida por la mitad de una pinza de la ropa de madera. 
¡Toma ya...! Tecnología punta asistida por tecnología tradicional casi olvidada pero todavía utilizable en según que casos.
Ese modulo es completamente independiente de el de movimiento de las bobinas para evitar vibraciones.

Pues bien, la carcasa de ese  segundo módulo da soporte a las diferentes piezas que lo componen,  provenientes algunas de una vieja impresora, otras de un dispositivo eléctrico, de esos que se usan como dispensador de perfume ambientador mediante un motor que se dispara para liberar una dosis de vez en cuando. Da soporte también a otras piezas que eran parte, unas del proyector y otras de la cámara Super 8, que necesariamente dejaron de existir para ayudar a dar vida a este engendro de invento. La cámara aportó algo muy importante, su objetivo de 10 aumentos que sirvió para ampliar los minúsculos cuadros del negativo de la película Super 8 y también el dispositivo de arrastre de la película cuadro a cuadro.
Después cuando ya funcionaba como prototipo y con control remoto por cable y viendo que la cosa iba bastante bien, sentí que sería bueno el dar el paso siguiente hacia una automatización total, porque sino me tocaría a mí dar los miles de disparos uno a uno con el mando. Seguro que aún estaría en ello.
Y me puse a adaptarle varios artilugios de tecnología actual sin más dilación. Primero le añadí un temporizador cíclico Cebek I-10 para disparar repetitivamente el arrastre de la película, y un relé para disparar la cámara cuando se lo ordenase el temporizador. Le añadí el disparador con cable que saqué de un palo para selfis, para que esa orden actuase sobre la cámara, o sea sobre el smartphone. Posteriormente lo mejoré añadiendo un mando a distancia para selfi que funciona con Bluetooth y que evitaba que a veces se disparase una ráfaga de fotos como con el otro disparador de cable.
A todo esto había que darle de comer, como son hijos de distintos padres, unos dispositivos se alimentan con 5 , otros con 6 y otros con 12 voltios de tensión eléctrica. Así pues, 3 cargadores que tenía por ahí con esos voltajes, también forman parte del conjunto y se alojan en el hueco de la caja de la derecha.
Llegados aquí, no puedo olvidarme de algo sumamente importante y que además es un elemento moderno  de última generación. Se trata de la bombilla que utilice para iluminar la película por debajo y poder así darle vida.  Es una bombilla led en forma de globo, que compré así porque tiene el equivalente de 120 vatios y que como era muy grane le corte el globo (que era de plástico), para poder alojarla en el hueco debajo de la ventanita por donde pasa el negativo. Como no se calienta mucho no pasa nada aunque se tenga parado y en pausa el tiempo que sea. Con los proyectores de entonces se quemaba la película.

Dicho esto, también he de añadir que utilicé a mayores una horquilla del pelo como muelle de retorno en los engranajes del motor de arrastre,  una pinza del pelo de cocodrilo para presionar el patín sujeta película, que no es otra cosa  que el protector de plástico de una hoja de afeitar Gillete II. Y para finalizar y para que no sea menos que estos grandes inventos citados citados en este apartado, tengo que decir que un humilde clip de oficina también figura en el inventario de los materiales  estrambóticos de este peculiar escáner de fabricación casero. Su función consiste también en sujetar la película.

Sin más rodeos, solamente me resta mostrar una imagen a continuación


Así como lo veis, el presente artilugio pudo con 75.000 fotos, de las cuales utilicé unas 60.000, porque claro, no todas salieron igual. Entre prueba y error, y entre ajuste va y ajuste viene, muchas se malograron, pero se puede decir que las utilizadas representan unos 55 minutos de video, que equivalen a más de 18 bobinas de 15 metros o 3 minutos, y a un total de 274 metros de celuloide escaneado y utilizable.

Esto lo hizo como podéis ver más abajo, trabajando solito y sin cobrar. Le llevó el escaneo de los 75.000 fotogramas unas 60 horas al aplicado artefacto.



A mi me llevó también un buen tiempo manufacturarlo a él de esta forma casera y también me llevó lo suyo el procesado de los fotogramas individuales estáticos, con un editor de video, para convertirlos en película MP4, pero el resultado que podéis ver a continuación en un fragmento de película Super 8 de hace 40 años, creo que da muy bien fe, de que mereció la pena el haberlo intentado.

Que el cacharro construido haya funcionado al final, aunque tenga una apariencia algo monstruosa, tiene más mérito si cabe si se piensa que el autor de tal parida está a punto de cumplir 77 años. No es por presumir, pero estoy hecho un chaval, a nivel mental claro, porque a otros niveles estoy ya para el arrastre. ¡Con lo joven que estaba con el plato de pulpo en la mano ..! como podéis ver en el siguiente video que muestra el resultado final.


Fragmento de la película realizada por mi hijo Guillermo Antonio en la Feria de Ourense en el año 1981.
El de la izquierda es mi cuñado Fernando, ya fallecido, propietario y autor de casi todas las películas recuperadas y el de la derecha es el autor de este blog y también el recuperador de las  mismas y constructor del aparato aquí mostrado que lo hizo posible.
  

























1 comentario:

  1. Guillermo, acabo de leer el cómo y no salgo de mi asombro. Soy consciente que muchas personas te dirán que "claro, como tienes tiempo lo puedes hacer" y no es así: "Si se tienen ganas se encuentra tiempo y sino se tienen se encuentran excusas". Te felicito por el trabajo y paciencia y solo pedirte un favor: me encantará ver un fragmento de cómo ha quedado el trabajo.

    Un abrazo (Javier Gonzalez Rivera)

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